Mi abuelo recuerda los regalos de sus cumpleaños (6 de enero) y su comunión: una naranja, y como mucho y si se podía, algún dulce o un plátano. No había apenas juguetes, solo algunos tenían quizás un caballito de cartón o una muñeca del mismo material. Siempre jugaban en la calle al juego que todos conocemos por algún nombre como "pídola" o "burro", que consiste en saltar a uno que está medio agachado. También a veces, conseguían una pelota y jugaban con ella.

Ya en una época más reciente, la de mi padre, recuerda algún juguete más, como algún trenecito u objetos de madera (como cunas o caballitos como el la foto superior). Sin embargo, los niños seguían prefiriendo salir a la calle a jugar con los amigos a las canicas, a las chapas o a diversidad de juegos físicos con los que disfrutaban y a la vez, hacían deporte y se mantenían fuertes y sanos. Las niñas solían jugar a la lima, también conocido como la muñeca, en el que el equilibrio y la puntería eran las claves del juego.
A veces, sería mejor seguir las tradiciones de antes...
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